EQUIPO DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL

El equipo de protección individual (EPI) hace referencia a la ropa de protección, los cascos, los guantes, los protectores faciales, las gafas, las mascarillas y/o los respiradores u otros equipos diseñados para proteger al usuario de lesiones o de la propagación de infecciones o enfermedades por virus, bacterias o cualquier otro patógeno.

DÓNDE SE UTILIZAN LOS EPI

Los EPI se utilizan habitualmente en entornos sanitarios como hospitales, consultas médicas, laboratorios clínicos o clínicas dentales. Cuando se utiliza correctamente, el EPI actúa como barrera entre los materiales infecciosos, como los contaminantes víricos y bacterianos, y la piel, la boca, la nariz o los ojos (membranas mucosas).

La barrera tiene el potencial de bloquear la transmisión de contaminantes procedentes de la sangre, los fluidos corporales o las secreciones respiratorias.

¿PROTEGE SOLO AL QUE LO LLEVA?

No, el EPI también puede proteger a los pacientes que tienen un alto riesgo de contraer infecciones a través de un procedimiento quirúrgico o que tienen una condición médica, como, una inmunodeficiencia. También de ser expuestos a sustancias o material potencialmente infeccioso traído por los visitantes y los trabajadores de la salud.

Cuando se utiliza correctamente y junto con otras prácticas de control de la infección, como el lavado de manos, el uso de desinfectantes de manos a base de alcohol y la cobertura de la tos y los estornudos, minimiza la propagación de la infección de una persona a otra.

USO CORRECTO

El uso eficaz del EPI incluye la retirada y eliminación adecuada del EPI contaminado para evitar la exposición del usuario y de otras personas a la infección.

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