LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN
Todos los centros sanitarios y clínicos deben contar con protocolos escritos que guíen la limpieza general rutinaria y garanticen que todas las áreas del entorno se limpian regularmente con un nivel satisfactorio. El personal que se encargue de la limpieza debe seguir los protocolos acordados y tener acceso a los recursos y equipos adecuados para alcanzar el nivel de limpieza requerido. La normativa UNE-EN 689:2019 debe cumplirse siempre y el personal debe utilizar el equipo de protección personal (EPI) adecuado para protegerse en todo momento.
Limpieza
La limpieza con agua caliente y detergente es un proceso que elimina la suciedad y la contaminación visual y, en la mayoría de los casos, es eficaz para descontaminar tanto el equipo como el entorno.
Sin embargo, en determinadas situaciones, por ejemplo durante un brote o epidemia, las superficies y los equipos requieren tanto limpieza como desinfección.
Desinfección
La desinfección es un proceso que reduce el número de microorganismos hasta un nivel en el que no representan un riesgo para los pacientes o clientes. Sólo es eficaz si las superficies y el equipo se han limpiado a fondo previamente con agua y detergente. Para la limpieza de las superficies duras debe utilizarse agua tibia y detergente, seguido de una desinfección con una solución avalada por el Ministerio de Sanidad. El desinfectante específico que debe utilizarse se especificará en la política o procedimiento local de limpieza/desinfección.
El desinfectante matará tanto las bacterias como los virus siempre que se utilice según las instrucciones del fabricante. Busca soluciones que no sean corrosivas, para poder usarla en textiles y superficies de acero inoxidable. Algunas soluciones no necesitan aclararse.